A mi taller llegó mi gran amigo Pepe Castellano, gran amante y coleccionista de los cuchillos canarios, nombrado en este blog en infinidad de veces y donde he mostrado gran parte de su muy valorada colección. Por fortunas de la vida, haciendo unas pequeñas obras en sus tierrillas(procedentes de herencia), encontró esta maravilla de cuchillo con su vaina enterrado tras una sillería. Su sorpresa fue enorme, puesto que al parecer, este ejemplar pertenecía a su abuelo, tal y como le indicó su padre. Su aprecio fue tal, que decidió realizar una enmarcación con el mismo. Tras el estado en el que apareció, quería darle una lavada de imagen. Yo respeto las decisiones de todos mis clientes, pero también les doy mi humilde opinión. Si fuera yo, no lo tocaría en lo más mínimo, ya que así conserva mejor la esencia de su original dueño. Y así lo hizo el amigo Pepe, y no solo se quedó ahí, sino que me pidió hacer una copia para enmarcarlos juntos y ver el cómo sería originalmente y cómo está actiualmente. A hasta este punto llega el gran amor que siente Pepe por nuestra rica artesanía canaria.
Es un cuchillo con hoja de acero al carbono de 15 cms., cabo de puntas(de cuerno de vaca), y tres piezas incrustadas con puntos y flores tricolores. Los casquillos son en alpaca. La réplica es exacta(aunque mi estilo no es copiar ningún cuchillo, en este caso está justificado ya que tanto el original como la copia son para el mismo dueño y tiene una fuerte carga sentimental), la única diferencia es el material empleado para confeccionar la hoja, en el caso de la réplica, de acero inoxidable. Claramente se aprecia, que el artesano original de este cuchillo fue D. Cristobal García Ossorio.
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