Me encanta jugar con las distintas tonalidades naturales de los cuernos de diversos orígenes. El cuerno de cabra, en este caso, con una tonalidad crema traslúcida en el centro y negro por los bordes, custodiado por cuerno de vaca con betas blancas. En la parte central, una pieza incrustada en níquel con inserciones de grabados rupestres aborígenes alternados con puntos blancos en corona de latón. A ambos extremos, piezas con los enrejados típicos de los cuchillos de cumbre. Los casquillos con inserciones de lagartos. La hoja de acero inoxidable de 13 cms.
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