domingo, 31 de marzo de 2013
cuchillo nº 429(pala de servir tarta)
En cualquier chiste, se pone a las suegras como discípulas del mismísimo satanás. Algunas personas podrán sentirlo así. En mi caso, no lo es, al contrario, mi suegra ha sido para mí como una madre desde el primer día en la que la conocí. Ha sido una madre ejemplar para sus hijos, abuela perfecta para mis hijas y suegra perfecta para mí. Esta pala, ha sido un regalo que le hice para su cumpleaños, al igual que hice hace unos meses con mi madre. El modelo que realicé es una réplica del cuchillo de su padre Gabrielito, tristemente desaparecido hace ya años. Ese cuchillo lo utilizaba el abuelo de mi mujer para partir el queso que curaba en cañizos, para repartirlo entre su gente que por allí aparecía. Hace muchos años, recuerdo que para una romería del Sobradillo en Gáldar, apareció Aurelia, mi suegra, con este ejemplar y me lo regaló. Imagínense mi reacción, era de su padre, pasó a ella y luego me lo ofreció a mí con la garantía total de que ese cuchillo iba a ser valorado especialmente. Y así ha sido, es y seguirá siendo siempre. Fue mi primer cuchillo y ahora encabeza una modesta colección.
Ese favor no lo pagaré en la vida, pero me sentía que ella debía tener un cachito de ese cuchillo en su poder, así que le hice una copia en una pala tartera ya que es una estupenda repostera.
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