Hasta ahora no había mostrado un cuchillo así, en este estado. Parece antiguo, y tal vez lo sea, pero para mi impresión, me parece más bien un cuchillo a merced de la intemperie, con un estado importante de deterioro fruto de mucho tiempo en contacto con la humedad y sobre todo del sol. Parece un sacrilegio, pero es muy fácil que se salga el cuchillo de la vaina al agacharse. Hay vainas que vienen con un broche para impedirlo, pero cuando se utiliza el cuchillo como herramienta para la que fue creado, es un impedimento el estar abrochando y desabrochando constantemente este broche. Normalmente, los trabajadores de las plataneras suelen utilizar cuchillos de cabos de madera, son más económicos y si se pierden (es muy difícil luego de encontrarlos entre las malas hierbas, hojas secas y rolos en descomposición) no se lamenta tanto como si fuera uno de piezas. Además, ese tipo de hoja, no me parece muy antigua, no se aprecia la firma de la hoja con la cual cotejarla con el artesano, pero ese tipo de garganta, se me asemeja muchísimo a los que hacía el herrero de Sardina, Paco el herrero, D. Francisco García Déniz. Es un cuchillo de puntas formado por 13 piezas, con incrustaciones en al parecer aluminio y casquillos en latón. Las piezas delgadas son de cuerno negro, y las piezas de las puntas parece ser cuerno de vaca negro, que con el sol y el agua, se ha descompuesto y bizcochado.
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